
Su nombre completo fue Diya’ al Din Abu Muhammad ‘Abd Allah ibn Ahmad ibn al Baytar, y la tradición nace en el lugar de la actual Benalmádena (Málaga), hacia el año 1180 de la era cristiana, por lo que su laqab o mote fue al Malaqi.
Es considerado uno de los más importantes botánicos y farmacólogos de la Historia Medieval de la Península Ibérica, habiendo influido en su época en todo el saber científico del entorno mediterráneo, que se prolonga durante largo tiempo después. Desconocido por completo por sus actuales paisanos, es justo nombrarle aquí tanto por su luz propia, como por ser uno de los más importantes botánicos malagueños de todos los tiempos, cuya obra desgraciadamente no está al alcance del común de los españoles por encontrarse en lengua árabe y ser más objeto de estudio por parte de arabistas que por el de algún botánico con interés en lo histórico.
Este autor, perteneció a una conocida familia de tradición científica, que procedente de Granada se instaló en la ciudad de Málaga. Su nisba, “ibn al baytar” significa hijo de los veterinarios, y fue este el oficio de su más próximo antecesor, lo que debió provocarle sin duda el interés por el mundo natural, iniciándole en el conocimiento de plantas y animales hasta que se marcha a Sevilla hacia finales del siglo XII.
Es allí donde profundiza su formación botánica de manos de los grandes sabios del momento, ‘Abd Allah ibn Salih, Abu al Hayyay y Abu al-Abbas al-Nabati, teniendo seguramente contacto con el insigne agrónomo sevillano Abu Zakariya ibn al Awwam, y el vivificador de la religión Muhyi al-Din Abu Bakr ibn al ‘Arabi, el poeta místico más importante que ha dado el suelo ibérico en todos los tiempos.
A sus cuarenta años de edad (1220), inicia un viaje por el norte de África, dirigiéndose hacia el Medio Oriente, de donde no regresará jamás. Muere en Damasco el año 1248, coincidiendo también en esto con Ibn al-‘Arabi posiblemente de pena sincera al coincidir con la conquista de Sevilla por el rey castellano Fernando III. Dos siglos después de su muerte, el armenio Amir Dowlat (m. 1495) se basó en sus trabajos para redactar su enciclopedia médica.
La obra de Ibn al Baytar es extensa, pero dedicada exclusivamente a la Botánica y la Farmacología, a diferencia de otros contemporáneos suyos, por lo general más polifacéticos.
A pesar de todo ello, no existen especies botánicas de nuestra Flora dedicadas a él, ni tampoco existe una calle con su nombre en Benalmádena, su tierra natal, en Málaga, seguramente donde se formó, ni en Sevilla, lugar en el que prosperó. Existe sin embargo el Instituto de Enseñanza Secundaria con su nombre en Benalmádena y está en marcha el proyecto de un Parque público que llevará su nombre y su efigie en esa ciudad.
Es considerado uno de los más importantes botánicos y farmacólogos de la Historia Medieval de la Península Ibérica, habiendo influido en su época en todo el saber científico del entorno mediterráneo, que se prolonga durante largo tiempo después. Desconocido por completo por sus actuales paisanos, es justo nombrarle aquí tanto por su luz propia, como por ser uno de los más importantes botánicos malagueños de todos los tiempos, cuya obra desgraciadamente no está al alcance del común de los españoles por encontrarse en lengua árabe y ser más objeto de estudio por parte de arabistas que por el de algún botánico con interés en lo histórico.
Este autor, perteneció a una conocida familia de tradición científica, que procedente de Granada se instaló en la ciudad de Málaga. Su nisba, “ibn al baytar” significa hijo de los veterinarios, y fue este el oficio de su más próximo antecesor, lo que debió provocarle sin duda el interés por el mundo natural, iniciándole en el conocimiento de plantas y animales hasta que se marcha a Sevilla hacia finales del siglo XII.
Es allí donde profundiza su formación botánica de manos de los grandes sabios del momento, ‘Abd Allah ibn Salih, Abu al Hayyay y Abu al-Abbas al-Nabati, teniendo seguramente contacto con el insigne agrónomo sevillano Abu Zakariya ibn al Awwam, y el vivificador de la religión Muhyi al-Din Abu Bakr ibn al ‘Arabi, el poeta místico más importante que ha dado el suelo ibérico en todos los tiempos.
A sus cuarenta años de edad (1220), inicia un viaje por el norte de África, dirigiéndose hacia el Medio Oriente, de donde no regresará jamás. Muere en Damasco el año 1248, coincidiendo también en esto con Ibn al-‘Arabi posiblemente de pena sincera al coincidir con la conquista de Sevilla por el rey castellano Fernando III. Dos siglos después de su muerte, el armenio Amir Dowlat (m. 1495) se basó en sus trabajos para redactar su enciclopedia médica.
La obra de Ibn al Baytar es extensa, pero dedicada exclusivamente a la Botánica y la Farmacología, a diferencia de otros contemporáneos suyos, por lo general más polifacéticos.
A pesar de todo ello, no existen especies botánicas de nuestra Flora dedicadas a él, ni tampoco existe una calle con su nombre en Benalmádena, su tierra natal, en Málaga, seguramente donde se formó, ni en Sevilla, lugar en el que prosperó. Existe sin embargo el Instituto de Enseñanza Secundaria con su nombre en Benalmádena y está en marcha el proyecto de un Parque público que llevará su nombre y su efigie en esa ciudad.
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